Paradojas de una crisis económica: los otros indicadores

Estamos acostumbrados a oír hablar de variación del PIB, incremento del IPC, índices de la Bolsa, tasa de paro, o gasto de las familias; sin embargo, existen otros indicadores menos conocidos, que se han repetido en todas las crisis económicas, y la actual no es una excepción, como la teoría del pintalabios y el índice «Big Mac», entre otros, que también sirven de referencia para predecir su evolución.

Todavía son pocos los indicadores “alternativos” que han confirmado su validez, pero en este grupo de índices no tan ortodoxos merece la pena citar los siguientes:

1) La teoría del pintalabios:
Según este índice, las ventas de barras de labios se incrementan de forma notable en tiempos de crisis. Fue hace años cuando Leonard Lauder, presidente de la marca de cosméticos Estée Lauder, observó con sorpresa que en los meses previos a una recesión económica, y también durante la misma, las ventas de pintalabios, en especial las de color rojo, se disparaban. Aunque el motivo de la correlación puede no estar muy claro, es un hecho que a medida que se acerca una crisis, los consumidores dejan de comprar bienes de lujo y los sustituyen por productos más baratos y sencillos. Así, por ejemplo, las mujeres dejarían de comprar productos de belleza caros (vestidos, joyas y cosmética de alta gama) y se centrarían en los más baratos, entre ellos el pintalabios de color rojo. Ha ocurrido en todas las crisis, comenzando por la de 1929, y otros grandes conflictos o catástrofes como el 11 S; y es una realidad que las grandes marcas de cosméticos, como Elena Rubinstein, se forjaron a partir de las guerras mundiales.

Se trata de uno de los índices más completos, ya que no sólo se tienen en cuenta las ventas sino que incluso el color influye para determinar la gravedad de la crisis. La fiabilidad del «lipstick effect» o “teoría del pintalabios” se puede comprobar en la evolución de la propia Bolsa. En las tres últimas recesiones de los años 80, 90 y 2000, el sector europeo de productos personales superó al mercado en alrededor de un 100%. Y en esta última crisis, en la que aún seguimos, los datos del año 2008 confirman que este índice fue superior al 40 %; y que tanto el año 2009 y lo que llevamos del año 2010 siguen en la misma línea, lo que sugiere que tenemos crisis económica para más allá del 2011, de momento.

Evolución anual de las ventas de pintalabios y valor del PIB en USA

Los psicólogos, como casi siempre pasa con este tipo de profesionales, van más allá y buscan una explicación más complicada. Así, Lane Benson, fundadora de una de las escasas páginas webs dedicadas a la adicción a las compras: http://www.stoppingovershopping.com/, decía en The New York Times:

La barra de labios forma parte del particular uniforme de una mujer para transmitir una imagen atractiva. “Cuando una mujer usa un pintalabios en momentos de estrés lo hace para transmitir una imagen más viva y vibrante y no una mala racha”, concluye. Al fin y al cabo, cada mujer tiene su particular terapia en épocas de crisis, económicas y personales, y un rouge de labios es, con frecuencia, una buena terapia.

2) Índice Big-Mac (Mac Donald’s)

El indicador más utilizado de todos los «alternativos» es el llamado “Índice Big Mac”. Creado por The Economist hace más de 13 años, sirve para medir los tipos de cambio monetario y la inflación, tomando como referencia el precio de la famosa hamburguesa de McDonald’s en cada país. Lo que pretende es relacionar el nivel económico de los países en los que se vende la hamburguesa Big Mac a partir de lo que cuesta en cada uno de ellos. Aunque intervienen otros factores externos que introducen algo de distorsión en su cálculo, como aranceles, etc., ha obtenido grandes éxitos en las comparaciones realizadas.

Definición del índice Big Mac

En un primer momento pudo sonar a broma pero, al tener como principal defensor a un semanario de tanto prestigio como The Economist, sus conclusiones han sido finalmente aceptadas por la mayoría de los economistas. Fue capaz de predecir, contra la opinión de los expertos, que el dólar rompería a su favor la paridad con el euro tras el lanzamiento de la moneda única.

Su funcionamiento se basa en el concepto de la paridad del poder de compra (PPA), es decir, que en teoría con la misma cantidad de dólares se debería comprar el mismo número de bienes. Al comparar el tipo de cambio real existente en un país con la PPA, es cuando se observa si su moneda está sobrevalorada o no, viendo la diferencia entre ambos índices. Su principal fortaleza como elemento comparativo reside en la fuerte implantación mundial de McDonald’s (más de 3.000 establecimientos en 120 países del mundo) y la homogeneidad del producto, que utiliza las mismas materias primas en todos los sitios.

Precio del Big Mac y tipo de cambio real por países en Enero 2010

3) El largo de la falda

Fue uno de los primeros índices, y uno de los más conocidos. Su autor, el economista George Taylor durante los años 20, relaciona la largura de la falda con el mercado bursátil. Se basa en la teoría de que el mercado es alcista cuando la moda coloca el largo de las faldas por encima de las rodillas, y a la inversa, correspondencia que se ha repetido a lo largo del pasado siglo XX.

En los años 20 predominaban las faldas cortas y la primera confirmación de este supuesto se produce durante el crack del 29, cuando la falda llegó a los talones. En las décadas de los años 30 y 40 se vuelve a repetir la situación con la Segunda Guerra Mundial. Más tarde, a finales de los años 60, vino el período de la minifalda y la gran expansión económica, para volver de nuevo a la falda larga durante la crisis de los años 70, lo que dio más fuerza a esta teoría. A partir de ahí, los cambios operados en la moda durante los últimos años, así como la adopción de los pantalones como prenda femenina, le han restado relevancia y credibilidad, y no existe ya ninguna longitud de falda dominante, coexistiendo las minifaldas con las faldas por la rodilla o incluso las faldas largas.

También se conoce como la «teoría del dobladillo»: se supone que las faldas largas hablan de crisis, mientras que las faldas cortas hablan de despreocupación y alegría.

4) Otros índices

Otros indicadores similares pero menos representativos, que en algunos casos suenan a broma, son: el precio de un frapuccino en Starbucks, según el valor que alcanzan en los países donde se consume y comparándolo con el precio que tengan en USA, las ventas de galletas “María” y juegos de mesa, el éxito o fracaso de las rebajas, las ventas de coches, etc.

Es muy posible que a partir de ahora, después de conocer un poco todos estos índices «alternativos», para saber la evolución de una crisis como en la que estamos inmersos, en lugar de consultar la prensa económica lo mejor sea acercarnos a la tienda de cosmética más cercana y preguntar a los dependientes «cuántos pintalabios rojos han vendido».

Puestos a vaticinar lo que puede ocurrir el año 2011 con la economía, hasta ahora las ventas de barras de labios no han dejado ningún resquicio para esperar que vayan disminuir. Por todo ello, en crisis estamos y en crisis seguiremos durante un tiempo. Si bien los analistas reconocen la utilidad anecdótica de estos índices, siempre vuelven a los indicadores «oficiales» como verdaderas referencias, pero como decía un profesor: «Los economistas son los que mejor predicen el pasado».

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