“Asturias, patria querida”, La Felguera y Rimsky-Korsakov

Alguien se preguntará por la relación entre el gran compositor Rimsky-Korsakov, La Felguera y el himno de Asturias. La verdad es que en su conjunto: no mucha, sin embargo analizada la frase con detalle tienen un nexo común: la música. Hasta no hace tanto tiempo, el origen de “Asturias, patria querida” se acercaba a la leyenda; algo que aún persiste entre Rimsky-Korsakov, Asturias y su himno a La Felguera, un pueblo de la cuenca minera. Pero vayamos por partes.

“Asturias patria querida”, himno del Principado desde el año 1984, es una canción que siempre se entona con gran emoción por todos los asturianos. Y si es a pie de calle, rodeado de amigos, y acompañado de unas botellas de sidra… mucho mejor. Porque escuchar el himno de Asturias “presta” mucho, pero cantarlo es todo un sentimiento. Canción muy arraigada, popular, festiva, y al tiempo solemne, su origen según las investigaciones realizadas por el folklorista Fernando de la Puente Hevia se encuentra en Cuba. Algo que aún hoy muchos desconocen. Fue Ignacio Piñeiro, músico cubano, quien la compuso en homenaje a su padre, Marcelino Rodríguez, natural de Grado, un emigrante asturiano que había decidido marcharse a su tierra para morir y que desde muy temprana edad le había inculcado a su hijo el amor por la patria de sus amores cantándole esa tonada. El apellido Piñeiro tan solo lo había adoptado Ignacio para su carrera musical como fundador, director y destacado contrabajista de la famosa orquesta “Septeto Nacional” de La Habana. Aunque en realidad, y ahora lo explicaremos, si bien “Asturias, patria querida” es el fruto de un canto nacido de la emigración, los orígenes de su música y su letra son distintos.

Septeto Nacional 01
Conjunto del «Septeto Nacional», fundado por Ignacio Piñeiro, en el pabellón de Cuba de la Feria de Sevilla, año 1929. Fuente: Cubarte.

Como ya hemos dicho la letra expresa el canto de un hijo al padre que se ha marchado, que ha abandonado Cuba, para regresar a su querida tierra asturiana. Ignacio Piñeiro, también cantante de boleros y pionero de la rumba, empezó a tocarla en las fiestas de la colonia asturiana en La Habana al compás del son cubano, un ritmo que su «Septeto Nacional» popularizó y puso de moda. Más tarde, en 1929, a los pocos años de irse su padre, inicia una gira por España con su grupo con una sola condición: poder encontrarse en Asturias con su progenitor, y así se lo hace firmar a la compañía que le trae. Un deseo que no puede ver cumplido porque al llegar a la zona de Grado se encuentra conque éste había fallecido. Aparte de Asturias, durante su periplo musical recorre diversas ciudades españolas, actuando en la Feria de Sevilla, luego se marcha a Galicia y pasa finalmente por Santander donde decide entonar «Asturias patria querida» con una nueva letra en la que habla de la mujer asturiana y la tierra que acaba de conocer. No es hasta 1930 cuando Piñeiro deja registrada su canción de forma oficial.

Esta es la historia de su letra, pero falta la de su música que en un principio se creía procedía de un son cubano. Es Fernando de la Puente Hevia quien cuenta como pudo “deshacer el entuerto” tras una investigación en Cuba: ”Cuando volvimos a Asturias teníamos la confirmación del origen de la letra pero nos faltaba rastrear la melodía, ya que en principio ‘Asturias, patria querida’ era un son cubano. De forma circunstancial me llega la información de que músicos polacos residentes en Asturias señalan que la melodía de nuestro himno se cantaba mucho en Polonia”. Y hasta tierras polacas se fue Hevia, pues sabía que entre Asturias y Polonia siempre ha habido muchos intercambios. En especial cuando mineros polacos se asentaron en tierras asturianas en el siglo XIX, para más tarde retornar a su país a la zona de Silesia. Es en esta región donde por fin Hevia pudo hallar la base musical de “Asturias patria querida” en un tema cuya letra era una mezcla de la canción de Piñeiro y otra entonada en Asturias durante la revolución de 1934.


«Asturias patria querida» interpretada por la Coral Cima de Parres de Arriondas.

Se puede decir que el himno de Asturias es hijo de la emigración. Por una parte de los polacos que vinieron a Asturias y por otra de los asturianos que se fueron a Cuba. La hipótesis más verosímil es que mineros polacos llegados a Asturias con su cultura y su música se encontraron con una letra de “Asturias, patria querida” procedente de un son cubano, un ritmo nuevo que en aquel tiempo todavía no “llegaba” a la gente. De ahí que lo más normal, sigue contando Puente Hevia, y esta es su hipótesis, fuese que: “los mineros polacos asentados en la cuenca minera asturiana trajesen la melodía, que luego juntan con la letra que antes había llegado de Cuba”. Para contrastar que estaba en lo cierto no dudó en marcharse a Polonia y allí intentar confirmar que la melodía estaba documentada antes de 1920. Algo que al final consigue. El director de la Academia de Música de Cracovia, Mieczylaw Szlezer, le ratifica que se trata de una melodía tradicional de Opole, capital histórica de la Alta Silesia, de mediados del siglo XIX. Luego, la casualidad le proporciona la confirmación definitiva. Se la dan unos músicos callejeros, bastante mayores, a los que en uno de sus paseos encuentra tocando un estribillo muy parecido a “Asturias, patria querida”. Son ellos quienes le aseguran que esa música la habían aprendido de su madre y que más tarde corrobora con expertos musicólogos con los que estaba citado.

Sin título-2En cuanto a la letra, “Asturias patria querida” ha sufrido algunos cambios a lo largo del tiempo. Es posible que el padre de Ignacio Piñeiro, asturiano, que ya la conocía de su tierra, se la tararease a su hijo en Cuba, quien luego la adaptó a ritmo del son. Esa primera versión no grabada por Piñeiro, solo la llegó a cantar, parece que puede ser la génesis de la letra del actual himno asturiano. Según Fernando de la Puente, éste al conocer en Asturias que su padre había muerto, después de actuar en Oviedo, Cangas de Narcea y Grado, decidió grabar una segunda versión a su paso por Madrid, también en clave de son, pero con un ritmo distinto a la melodía original y una letra que solo coincide en una frase: “Asturias patria querida”. Se trata sobre todo de un canto de tristeza, que quedará registrado en la Habana en 1930, al año siguiente de regresar de su gira por España. Sin embargo, la canción original volverá de nuevo a Asturias gracias a los emigrantes.

Más tarde, en 1934, se pudo escuchar otro texto distinto durante la Revolución de Octubre. Los milicianos la entonaban con un estribillo que decía “Asturias, tierra bravía; Asturias, de luchadores; no hay otra como Asturias, para las revoluciones”, convirtiéndose así en un himno con dos mensajes: “Asturias, patria querida” y “Asturias, tierra bravía”, que comparten protagonismo durante un tiempo hasta que años después retorna de nuevo a su origen. En la década de los años 50 ya se canta en toda en la región como algo propio, y en 1958 Dionisio de la Huerta, alma mater de la conocida prueba deportiva “Descenso del Sella”, animará a todos los participantes y seguidores a entonar momentos antes de la salida “Asturias, patria querida”, quedando institucionalizado desde entonces como himno de la “Fiesta de la Piraguas”. Una popularidad que se consolidará aún más cuando el 27 de abril de 1984 es designada como himno oficial del Principado de Asturias.

Algo similar ha sucedido, con distinto desenlace a día de hoy, con el genial músico Rimsky-Korsakov (1844-1908) y su himno a La Felguera. En este caso se acerca más a una leyenda, pues está solo documentado de forma colateral. Gran compositor y director de orquesta, miembro del grupo de compositores rusos conocido como “Los Cinco”, está considerado un maestro de la orquestación. Entre sus obras más conocidas figura el “Capricho español” basado en melodías de nuestro país. El propio Rimsky-Korsakov lo reflejaba así en su autobiografía “Crónicas de mi vida musical”: “Los temas españoles, más que nada de carácter danzante, me proporcionaron ricos materiales para conseguir algunos efectos orquestales«. Una música que descubrió, en parte, en sus viajes por el mundo como oficial de la marina rusa, con la que hizo al menos una parada técnica en las costas asturianas de la que existe constancia escrita. El “Capricho español” consta de cinco movimientos, de los que cuatro están basados en melodías asturianas. El primero y el tercero recogen una alborada para gaita, que expresa el optimismo de la salida del sol tras la noche de bodas, y en el segundo es bien reconocible la “Danza Prima” que se canta en Asturias alrededor de la hoguera de San Juan. Pero sobre todos sobresale el “Fandango asturiano”, un baile vivo también para gaita con el que concluye la obra.

Rimsky-Korsakov. Retrato de Valentín Seróv, 1898. 01Rimsky-Korsakov, músico ruso autor del «Capricho español». Retrato de Valentín Seróv, 1898.

En el libro “Aires da Terra. La poesía musical de Galicia”, José Luis Calle dice lo siguiente:
“Según el P. Luis Mª Fernández Espinosa, no sólo Felipe Pedrell le pidió temas para su colección, sino que Rimsky-Korsakov compuso su ‘Capricho Español’ con melodías cedidas a tal efecto por Perfecto Feijoo, siendo intermediario Ramón de Arana. A decir verdad, Korsakov nunca desveló el origen de los temas de su ‘Capricho’, limitándose a afirmar que eran materiales del auténtico folklore español. En realidad están extraídos del cancionero de José Inzenga. La ‘Alborada’ (primera y tercera parte de la obra) y las ‘Variazioni’ (segunda parte) se corresponden con una alborada asturiana para gaita y con una danza prima del mismo origen. La ‘Scena e canto gitano’ (cuarta parte) es una canción en 6/8 tomada de la sección dedicada a Andalucía en el mismo cancionero. Finalmente, el ‘Fandango Asturiano’ procede de una pieza para gaita que también se encuentra en la colección de Inzenga. Estos datos se hicieron públicos por primera vez en el ámbito de la música culta gracias al artículo publicado por la investigadora E. Gordeieva en el número de junio de 1958 de la revista Sovietskaia Muzika”.

Es casi seguro que las partituras originales del “Capricho Español” salieron del cancionero armonizado “Ecos de España” del músico madrileño José Inzenga. Sin embargo, en Asturias circuló la teoría de que las melodías asturianas del “Capricho” podrían venir de una relación epistolar con el también compositor asturiano Anselmo González del Valle; aunque, que se sepa, no ha quedado nada escrito. Del Valle era un gran coleccionista de partituras de todos los géneros de finales del siglo XIX y primeros del XX y su biblioteca musical estaba considerada una de las más importantes de España. De su posible relación con Korsakov recoge algo el diario “El Carbayón” de 20 febrero de 1895, cuando comentando la interpretación de la Sociedad de Conciertos de Madrid del “Capricho español” afirmaba que la partitura de esta obra fue donada por González del Valle a la citada Sociedad. De ahí que se pueda llegar a entender que una obra de esa esencia sea proclive a crear todo un mito a su alrededor. La pura realidad es que la mejor pieza orquestal de música asturiana, o al menos la más conocida, fue compuesta por Rimsky-Korsakov. Se habla incluso de una supuesta estancia suya en Asturias. Una leyenda que llega hasta pueblo de La Felguera, en el concejo de Langreo, donde cuentan que recaló para alejarse del mundanal ruido acompañando a Pedro Duro, fundador de Duro Felguera, una de las empresas siderometalúrgicas más importantes de España. Parece que dos circunstancias podrían sustentar esta afirmación: un himno dedicado a La Felguera y una casa conocida como el «Palacio de Villa», en la localidad de Riaño, cerca de La Felguera, al pie del monte “Picu Villa”, un paraje muy hermoso entonces, posible testimonio de lo que fuera una pequeña estancia temporal y que aún hoy algunos siguen llamando “La casa de Rimsky”.

Palacio de Villa 01Palacio de Villa en Riaño, perteneciente a Francisco Bernaldo de Quirós, marqués de Camposagrado, donde cuentan que descansó durante una temporada el conocido músico ruso Rimsky-Korsakov. Al fondo se puede ver el hermoso paraje del «Picu Villa».

Ha quedado claro que Ignacio Piñeiro, músico cubano, es el autor reconocido de “Asturias, patria querida”, una canción de letra sencilla, popular, que identifica a los asturianos y enciende sus sentimientos. Sin embargo, no se puede decir lo mismo de Rimsky-Korsakov y su himno a La Felguera. Sea o no una leyenda, pues no ha quedado constancia escrita, el gran compositor ruso siempre estará ligado a Asturias por su música. Tal y como expresa un dicho: “En Asturias se entra siempre deprisa para estar el mayor tiempo posible y se sale con dificultad por su hechizo”. 

 

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