Canciones con historia: “We shall overcome”. Joan Báez. Pete Seeger

“We shall overcome” (‘Venceremos’), canción errante entonada en los primeros años del siglo XIX sobre todo por el Sur de EEUU, conocida por muchos, de autor desconocido, cambiante en sus estrofas, pero constante en su melodía y su mensaje, su principal característica es que siempre ofrece una promesa de victoria. Su melodía parece que se remonta a la Europa del siglo XVIII y, al igual que otras, cruzó el océano Atlántico hasta acabar en las plantaciones sureñas para convertirse en el himno ‘I’ll be all right’. Así lo refleja Dorian Lynskey en su libro: ‘33 revoluciones por minuto’, una documentada historia sobre la canción ‘protesta’ de las últimas décadas. we-shall-overcome-01El resto de su evolución es bastante confuso. Tras pasar por diversas iglesias batistas y metodistas, son muchos los que ponen el foco en un himno cuyas estrofas fueron escritas por el predicador Charles Albert Tindley (1851-1953), pastor de la iglesia metodista de Filadelfia, prolífico compositor, quien a principios del siglo XX adaptó su contenido a la canción gospel para el coro de su congregación bajo el título de ‘I will overcome someday’, que al final quedó en ‘I will overcome’. Otra de las teorías sobre su origen fue la propuesta por Wesley Milgate (1916-1999), reconocida experta australiana en el estudio de himnos, que sostiene está basada en un espiritual negro derivado de “The sicilian mariner’s hymn to the Virgin” (‘Himno del marinero siciliano a la Virgen’) que los esclavos venidos a EEUU podrían haber escuchado a los marineros durante el viaje desde la lejana África hasta América.

En su posterior desarrollo no ocurre nada reseñable hasta 1945 en que los empleados de American Tobacco Company, Charleston, Carolina del Sur, principalmente las mujeres afroamericanas, se animan con cánticos de protesta durante una huelga. Es entonces cuando Lucille Simons, perteneciente a un coro batista, convierte la palabra inicial ‘I’ por la más plural ‘We’. Más tarde, en 1947, la propia Simons y otro huelguista, tras aceptar una invitación de la escuela de folk Hihglander, se la cantan a la directora del coro Zilphia Horton, pionera en la lucha por los derechos civiles, que al poco tiempo se la transmite a Pete Seeger. A éste le fascinó tanto la canción que dijo: “Es el genio de la simplicidad. Cualquier necio puede resultar complicado. Me gusta compararlo con el tablero del baloncesto. Tus experiencias vitales te vuelven de rebote y adquieren un nuevo sentido”, al tiempo que le añadía dos versos más: ‘We shall walk hand in hand’ (‘Caminaremos de la mano’) y ‘The whole wide World around’ (‘El ancho mundo alrededor’), y cambiaba la palabra ‘Will’ por ‘Shall’ por entender que era más fácil su entonación. De esa manera se convertiría en el nuevo formato de un himno (todavía no definitivo) que sería luego el referente principal de la canción ‘protesta’ por su significado: ‘We’ (el poder de la comunidad), ‘Shall’ (la promesa de un futuro mejor) y ‘Overcome’ (el desafío y la resistencia).


Joan Báez cantando «We shall overcome» en 1965 (BBC Television Theatre, Londres).

«We shall overcome»
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Pete Seeger interpretando «We shall overcome» durante una actuación en Berlin en 1967.

“We shall overcome” fue una canción que llegó a obsesionar a otros dos cantantes folk americanos, Frank Hamilton y Guy Carawan, que la había conocido en 1953 durante una visita a la Highlander Folk School. En 1959, con Carawan recién nombrado director de su programa musical sustituyendo a Zilphia Horton fallecida años antes, ambos le añaden nuevos versos que van adaptando según las circunstancias a los distintos actos de protesta organizados. Más tarde se la enseñan a los líderes de la lucha por los derechos civiles que la convierten en el himno del movimiento y es a partir de entonces cuando la canción crece en intensidad como referente comunitario, pasando a través de los diferentes estados, de grupos e individuos, hombres y mujeres, negros y blancos,… Estudios recientes también centran su origen en la canción gospel “If My Jesus Wills” (‘Si mi Jesús quiere’) de Louise Shropshire (1913-1993), de la que Pete Seeger dijo en 2012: «Es muy probable que Luisa Shropshire se la enseñase a Zilphia Horton. Creo que Louise debe ser añadida a la historia de ‘We shall overcome’, aunque nadie conoce con exactitud quien escribió la canción original».

joan-baez-01-1963Joan Báez cantando «We shall overcome» (‘Venceremos’) ante la multitud reunida durante la Marcha por los Derechos Civiles en Washington el 29 de agosto de 1963.

Quizás Pete Seeger y Joan Báez hayan sido los que la hayan hecho más popular en el pasado reciente. El primero por su papel crucial en la adaptación como balada folk y Joan Báez por hacerla conocida a nivel mundial (de manera especial en España) en los inicios de la canción ‘protesta’ de los años 60. De Seeger ya hemos hecho una semblanza de su carrera musical y personal (de fuerte compromiso social) en nuestro post dedicado a “Where have all flowers gone”, una de las canciones antibelicistas más famosas de la historia. En cuanto a Joan Báez merece la pena señalar que fue la intérprete folk más destacada de los años 60 y una de las artistas más influyentes en la música popular. Compositora, cantante, de voz potente, muy aguda, también activista, es una de las mayores figuras de la canción ‘protesta’ surgida durante la Guerra de Vietnam. Su amplio repertorio se extiende hasta la música tradicional, el country y el pop rock. Nacida en Nueva York en 1941, con tan solo 18 años debuta delante de trece mil personas en el Newport Folk Festival invitada por el músico Bob Gibson cantando a dúo ‘Virgin Mary Had One Son’ y ‘We Are Crossing Jordan River’. En 1960 graba su primer álbum en solitario con el título de ‘Joan Báez’, un conjunto de baladas de folk tradicional, blues y canciones ‘protesta’, que aún se recuerdan hoy como una parte importante de sus éxitos. A partir de ahí su carrera se vuelve meteórica. Graba su segundo álbum en 1961, lo convierte en disco de oro, y entra en una senda de triunfos sonados coincidiendo con su relación sentimental con un joven Bob Dylan en los inicios de su carrera. Era una época de gran idealismo donde los jóvenes americanos se vuelcan en el folk apoyando movimientos antirracistas y pacifistas de los que Joan Báez fue uno de sus máximos exponentes. Al tiempo que se implicaba en favor de los derechos civiles de la gente de color y en contra de las guerras, siempre defendió que las verdaderas canciones folk eran las de autor anónimo. En 1962 la revista Time le dedicaba su portada describiendo su voz como «clara como el aire de otoño, una soprano de grandes vibraciones, sin educar… que recuerda los blues cantados por mujeres de color, los tristes cantos de los gitanos que pedían exorcizar el pensamiento de la muerte». Quizás su mejor época transcurre en el período 1963-64. Sin embargo, a partir de 1965, con la irrupción de The Beatles, The Rolling Stones y la música beat que arrasan con todo, desciende el interés por su música, aunque no su compromiso radical y social que siempre quedó reflejado en sus canciones. De su amplia discografía (1960-2008) quedarán para la leyenda los grandes triunfos de los años 60 como ‘House of the rising sun’, ‘La llorona’, Donna Donna’, ‘Gracias a la vida’, ‘El preso nº 9’, ‘Blowin’ in the wind’, ‘Farewell Angelina’,… Una cadena de triunfos que dura hasta hoy con sus giras y recitales.

joan-baez-03Bruce Springsteen (a la izquierda), Joan Báez y Pete Seeger (a la derecha) en el año 2009 durante la celebración del 90 cumpleaños de Seeger  en el Madison Square Garden de Nueva York.

La voz de Joan Báez tuvo su acento más rebelde en la canción ‘protesta’ junto a los grandes ídolos de entonces Bob Dylan, Pete Seeger o Barry Maguire. Sus canciones contra la guerra del Vietnam, las armas nucleares, el terror atómico, la pena de muerte o el racismo muestran muchos de los factores de la crisis de aquel tiempo como el ansia de paz, el deseo de la justicia social o la esperanza de un mundo mejor. Unas convicciones no-violentas que ella misma indicaba su origen en una entrevista concedida a la revista Triunfo durante su gira musical por España en 1966: “Tenía 15 años. Marchaba en un coche de ferrocarril. Ví a una muchacha en un tren y tuve una curiosa sensación: esta chica era yo. Una especie de empatía, de proyección,… Deseaba sufrir todo lo que ella sufría. Yo era todos aquellos que tenían mi edad… Mi madre era pacifista por instinto. Mi padre, físico, trabajaba en proyectos relacionados con la defensa nacional. Se volvió pacifista y dejó su colocación. La mayoría de la gente se dice: ‘Tengo una familia y hay que comer…’ Eligió un trabajo universitario en el que ganaba la mitad… Marchamos a Palo Alto. Tenía yo entonces 16 años. En la escuela se nos obligaba a un ejercicio de defensa pasiva: ‘Cuando suene la campana vendrán a buscaros vuestros padres. Instalaos confortablemente en vuestro refugio’. Leía las revistas científicas de mi padre sobre los cohetes y todo lo demás. El día del ejercicio me quedé yo sola en la escuela. Me condujeron hasta el cuarto del director. Dije: – ¡Look here, todo esto no es más que una siniestra farsa! A ninguno le dará tiempo a llegar a su refugio’».

A menudo se ha asociado a “We shall overcome” con Joan Báez y Pete Seeger al haberla interpretado en gran número de marchas en favor de los derechos civiles de los negros. Tal fue el grado de identificación que alcanzó esta canción que cuando el presidente Lyndon B. Johnson anunció en 1965 la nueva ley que garantizaba el derecho al voto a los afroamericanos terminó su discurso con un «And we shall overcome» (‘Y venceremos’). Quizá una de las citas más importantes sea la realizada por Martin Luther King en su discurso durante la marcha por los Derechos Civiles en 1963 cuando de pronto la voz de una mujer, acompañada solo por su guitarra, se levantó sobre la multitud y cantó “We shall overcome” (‘Venceremos’). Enseguida fue coreada por el millón de personas que según cuentan llenaban la gran explanada del Parque Nacional de Washington repitiendo las frases de su letra original: “Venceremos algún día / en lo profundo de mi corazón creo / que venceremos algún día”. A su lado, un hombre negro, al tiempo que cantaba con ella, al finalizar, seguro de que algún día vencerían, se dirigió a la multitud y dijo: “Yo tengo un sueño…”. Ella era Joan Báez. Él, Martin Luther King. Y «We shall overcome»ese himno de hace más de 50 años siempre presente.


Bruce Springsteen & Little Steven cantando «We shall overcome» en el Memorial Concert de Oslo en diciembre 2012.


The Morehouse College Glee Club durante su interpretación de «We shall overcome» en los premios «Candle on the Bluff» 2009 en honor de Martin Luther King.

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