Canciones con historia: “La yenka”. Johnny and Charlie

«La yenka» no es una canción de calidad, tampoco encierra ningún mensaje, pero si tiene mucho ritmo y sobre todo recuerdos. En cualquier caso, tiene una historia que contar lo que fue todo un himno para la juventud de los 60. Editada en 1964, «canción del verano» 1965, se trata de un tema pegadizo, contagioso, famoso por su baile repetitivo de pequeños saltos laterales y frontales. Muy fácil de seguir con solo escuchar su letra, la casa discográfica lo hizo aún más sencillo publicando un pequeño esquema de danza en la contraportada del disco.

1965 fue un año clave en España. El turismo, en pleno auge, facilitaba el intercambio cultural de los jóvenes con el exterior, y la televisión, con programas musicales de éxito, se encargaba de introducir los nuevos ‘tiempos’. Fue también un año de madurez para la radio, que las casas discográficas aprovechan para lanzar canciones con ‘gancho’ en los meses veraniegos, muy bailables, de estribillos fáciles, que sonaban a todas horas en fiestas, bares y discotecas. Se puede decir que la gran eclosión de la música española se produce en ese año. ¡El país daba signos de modernidad y su música también!

No en vano coincide también con la llegada de The Beatles. Hacía algún tiempo que jóvenes grupos del pop-rock español intentaban conectar con el público de una forma fácil y directa. La mayoría de las bandas del panorama ye-ye gozaban ya de cierta estabilidad y la composición primaba sobre las versiones de temas foráneos. Grupos como Los Pekenikes, Los Sonor, El Dúo Dinámico, Los Relámpagos, Los Mustang o Micky y Los Tonys, a los que se sumarían Los Brincos, Los Ángeles, Lone Star, Los Sírex y Los Pasos, y más tarde Los Canarios, Los Bravos, Los Mitos y Los Pop-Tops, formaron la avanzadilla.

Pionera de la ”canción del verano”, un título ‘honorífico’, fue ese año cuando se bailó “La yenka” con su famoso estribillo: “izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante., atrás, un, dos, tres,…”. Aunque no existía una organización ‘oficial’, eran los medios de comunicación los que más o menos de acuerdo decidían al final de cada verano la canción de más impacto. Y «La yenka» lo logró con una receta muy simple que se ha ido repitiendo en el tiempo: estribillo fácil, baile sencillo y melodía pegadiza.

Los hermanos Johnny y Charley Kurt, un dúo llegado de Holanda, de éxito tan fulminante como fugaz, fueron quienes supieron dar con la tecla. Una pena que el fallecimiento de Charley truncase su incipiente carrera musical. Muy pocos saben que su historia se encuentra ligada a la de Tony Ronald, famoso intérprete también holandés, quien recién llegado a Barcelona convenció a su compatriota Charley para formar el dúo “Tony and Charley” con el que llegaron a grabar tres discos EP. Mientras trabajaban en los más diversos oficios, dedicaban las noches a su pasión, la música, actuando en clubs y programas de radio. Sin embargo, poco después, en 1963, deciden tomar caminos diferentes: Tony inicia su carrera en solitario con gran éxito, mientras Charley prefiere dedicarse a promocionar nuevos bailes. Llama a su hermano Johnny y juntos se presentan con el nombre de Johnny and Charley. Es entonces cuando le proponen a la firma Hispavox lanzar el baile de la “yenka”, un baile “saltarín” salido de la imaginación de Charley, aunque hay quien dice que se parece mucho a una danza folklórica finlandesa. Como nota curiosa decir que su parte musical, más bien pobre, incorporaba la «melódica», un instrumento de viento similar al acordeón o la armónica con un teclado que produce sonido al soplar por una boquilla situada en un extremo.

«La yenka» interpretada por Johnny and Charley

En octubre de 1964 lanzan otro disco con cuatro temas a ritmo de “yenka”, todos muy parecidos, que pasa casi desapercibido. Sin embargo, en enero de 1965, no se sabe muy bien por qué, las ventas de su primer disco se disparan convirtiéndose en el ritmo de moda. Después de la explosión del twist, gran fenómeno musical junto al rock, la invención de nuevos bailes estaba a la orden del día: limbo rock, madison, hully gully, shake,… hasta algunos autóctonos como el giro o el quando. Pero fue la «yenka» el baile que triunfó en toda regla. Su calidad musical no dejaba de ser solo un pretexto para provocar la diversión con movimientos poco menos que gimnásticos a base de pequeños saltos sobre un solo pie para terminar brincando con los dos pies juntos. Fue un éxito arrollador y uno de los discos más vendidos del año. Pieza obligada en toda fiesta o guateque, la fiebre «yenka» se desató por todo el país. Era tan pegadizo y fácil de bailar que se apoderó de inmediato de la juventud y lo hacía hasta la extenuación.

Todo parecía preparado para que la suerte sonriera por fin a los hermanos Kurt. Pero no fue así. Ese mismo año, poco antes de triunfar su disco, Charley Kurt tiene un grave accidente de automóvil y fallece en el acto. El creador de «La yenka» ni siquiera pudo enterarse de que su canción llegaría a lo más alto de las listas (varias semanas nº 1). Y mucho menos que sería nominada primera «canción del verano». Así se truncó una carrera musical que nunca llegó a despegar del todo. Hispavox, después del gran triunfo logrado, pidió seguir en la misma línea, pero había un problema: Charley Kurt, su creador… había muerto sin dejar ningún tema nuevo. A pesar de que los arreglistas de la discográfica intentaron solucionarlo grabando temas ‘conocidos’ a ritmo de «yenka» no dio ningún resultado. Incluso Johnny Kurt, que intentó continuar su carrera musical publicando en 1966 un disco en solitario, fue tan escaso su éxito que al cabo de los años decidió abandonar la música y regresar a su país.

Enrique y Ana, famoso dúo de música infantil de los año 80, interpretando «La Yenka» en el programa «Aplauso» de TVE. Fue como una segunda vida para la canción que se convirtió casi en un juego practicado por los niños.

A veces lo más importante no es «entender y valorar la calidad musical», sino divertirse y pasarlo bien. Eso pasó con «La yenka». Su ritmo tan contagioso al son de «izquierda, izquierda, derecha, derecha, adelante, detrás, 123,…» quedará para siempre en la historia de la música española.