Canciones con historia: “Los cuatro muleros”. Los Pekenikes

Podía haber elegido cualquier otro de los grandes temas instrumentales que le dieron fama a Los Pekenikes, incluso alguno con mayor éxito: “Hilo de seda”, “Sombras y rejas”, “Arena caliente”, “Lady Pepa”, “Cerca de las estrellas”, “Frente a palacio”,… Si me he decidido por “Los cuatro muleros” ha sido porque fue la  canción que les catapultó a la fama, su primer gran éxito; un poema popular recogido por Federico García Lorca, y un tema muy recordado de mi etapa estudiantil en las Universidades Laborales (Córdoba, Tarragona, y Alcalá de Henares), que sonaba a menudo en nuestros despertares mañaneros.

En el post «La generación ye-ye y la música…» ya dLos cuatro muleros 01ijimos que los años 60 fueron el preludio de un gran movimiento juvenil que contagió al resto de la sociedad. Los tiempos estaban cambiando, y también en la música. Sobre todo durante el período 1964-68, aunque ya en 1962-63 habían hecho su aparición los primeros conjuntos musicales a la sombra de The Shadows y otros grupos anglosajones. Tan solo faltaba una figura y un éxito para su lanzamiento definitivo. Y les “tocó”, nunca mejor dicho, a Los Pekenikes que en 1964 con «Los cuatro muleros» iniciaron la época dorada del pop español. Por primera vez un conjunto de rock llegaba a lo más alto de las listas y además con un tema instrumental. Al tiempo que los programas de radio, los festivales y la prensa impulsaban con fuerza la música ye-ye francesa, el rock americano y el beat británico se generaba un deseo de emular a sus grandes figuras creando un sentimiento y necesidad de afirmación de ídolos nacionales. Así fue como nacieron, por ejemplo, El Dúo Dinámico con la vista puesta en The Everly Brothers, Los Mustang y Los Brincos en The Beatles , o Los Pekenikes con The Shadows. Unos grupos que comenzaron cantando en inglés los éxitos del momento, para terminar introduciendo poco a poco sus propios temas en español.

“Los cuatro muleros” es una composición tradicional de origen popular y autoría desconocida, que en 1931, años antes de la Guerra Civil española, fue recopilado por Federico García Lorca, quien lo grabó junto a Encarnación López “La Argentinita”, acompañándola al piano, para su álbum Colección de Canciones Populares Españolas. En aquella época, “La Argentinita” estaba muy vinculada a artistas y escritores de la Generación del 27, participando en sus veladas donde mezclaban lírica, música y coreografía. Para sus actuaciones solía adaptar antiguas tonadas, canciones del siglo XVIII y danzas populares. Rafael Alberti, otro gran poeta de esa generación, es quien, con Lorca también al piano, pronuncia una plática previa a cada canción de un álbum compuesto por cinco discos gramofónicos de pizarra de 25 cm. y 78 rpm con temas como, además de “Los cuatro muleros”, “Zorongo gitano”, “Anda Jaleo” o “En el Café de Chinitas”, hasta un total de diez. “La Argentinita” puso la voz, el zapateado y las castañuelas y García Lorca los arreglos y el piano, instrumento que dominaba desde muy temprana edad. Su éxito fue inmediato y desde entonces son obras claves del cancionero tradicional. De «Los cuatro muleros» se han hecho muchas versiones (Pepe Marchena, Teresa Berganza, Victoria de los Ángeles, Miguel Aceves Mejía o Ana Belén), pero por encima de todas destaca sin duda la versión instrumental de Los Pekenikes.

Sin título-1Los Pekenikes, cuyo nombre viene dado por la juventud de sus componentes, alrededor de los 16-18 años, surgen como conjunto en 1959 en el instituto Ramiro de Maeztu de Madrid. Estaban formados por Alfonso Sáinz, saxo, recientemente fallecido y alma del grupo, su hermano Lucas Sáinz, guitarra, Ignacio Martín Sequeros, bajo y armónica, José Nieto, batería, y “Eddy” Guzmán, cantante. Empezaron con conciertos en su propio colegio y algunas apariciones en Radio Intercontinental, donde les “bautizaron” como “Los Pequeniques” en referencia a su corta edad. Fue una ocurrencia del director de la emisora, Alberto Domper, y sus locutores Enrique Maristani y Ángel de Echenique. En aquella época solía escribirse el nombre del grupo musical sobre el bombo de la batería, y viendo que era demasiado “largo” decidieron acortarlo eliminando el artículo y cambiando las silabas “qu” por la letra “k”, quedando al final solo como Pekenikes.

”Los cuatro muleros” fue su primer gran éxito internacional. Su historia, cuando menos curiosa, comienza con la grabación de su séptimo EP (extended play <> 4 canciones). A pesar de ser ya un grupo conocido, aún no habían tenido ningún triunfo importante. Su ilusión era llegar a interpretar sus propia creaciones, pero la compañía de discos Hispavox se oponía, prefiriendo las versiones de temas foráneos cuyo éxito estaba casi asegurado. Parece ser que uno de los causantes indirectos fue Fernando García de la Vega, realizador de TVE. Ocurrió durante una audición en directo de Los Pekenikes. Quedó tan impresionado con su interpretación que la eligió como sintonía para su programa “Escala en Hifi”, un especial musical, muy famoso por utilizar por primera vez la técnica del play-back en España, mientras actores desconocidos prestaban su imagen a los grandes temas musicales del momento. Fue tal éxito logrado que su discográfica, cuando ya tenía casi finalizado el disco, se vio obligada a incluirlo y grabarlo todo de nuevo. Otra de las claves fue el gran trabajo de Rafael Trabucchelli, su productor. Su “mano” se notó no solo en el resto de las canciones del EP: «Mírame», versión de un tema de Cliff Richard, «Vete ya», canción original de Los Pekenikes, y «El soldado de levita», una trepidante versión instrumental, sino a lo largo de toda su carrera en Hispavox. Con Trabucchelli se puede decir que comienza la era triunfal de Los Pekenikes, que siempre le estarán agradecidos a García de la Vega por su decisión. Fue también la primera vez que un conjunto de rock español alcanzaba el número 1 de las listas y el primer disco de oro concedido por Radio Nacional de España, entregado por el entonces Ministerio de Información y Turismo con Fraga Iribarne al frente. Todo ello conseguido gracias a los excelentes arreglos musicales de Lucas Sáinz e Ignacio Sequeros y al sonido “especial” de su guitarra Fender cuya historia merece también la pena contar, envidia sana de los pocos conjuntos españoles con cierta notoriedad entonces.


«Los cuatro muleros» interpretada por Los Pekenikes.

En la carrera musical de Los Pekenikes convergen diferentes historias o anécdotas. En unos años donde los instrumentos musicales eran más bien malos, fueron en el fondo unos adelantados o privilegiados. Corría el rumor de que había salido un tipo de guitarra eléctrica desconocida en España, la Fender Stratocaster o Strat, que “sacaba” un sonido espectacular. Con ocasión de una actuación en la finca del chalet de Puerta de Hierro donde se encontraba exiliado el ex presidente argentino Juan Domingo Perón, cuentan que éste quedó tan contento que les comentó si podía hacer algo por ellos. Como sabían que Perón «gozaba» de ciertas prerrogativas, Alfonso Sáinz, alma mater del grupo, que tenía mucha “cara” según sus compañeros, le entregó una lista de los instrumentos que les gustaría tener para seguir mejorando en su música. Habían transcurrido ya 4 o 5 meses, y se habían olvidado completamente del tema, cuando estando ensayando en la casa de los padres de los hermanos Sáinz, su cuartel general de entonces varias veces a la semana, se presenta de pronto su madre diciendo que habían llamado a la puerta y dejado un montón de cajas. Alfonso, nada más oirlo, salió corriendo y al volver, todo despavorido, dice: ¡¡Han traído todos los instrumentos que le pedimos a Perón!! ¡¡Toda la lista!! Allí se encontraban, entre otros, el primer bajo eléctrico Fender Jazz Bass y la primera guitarra eléctrica Fender Stratocaster que entraron en España. Y además,… ¡¡Nunca los pagaron!!… porque ¡¡nunca les pasaron la factura!! ¡¡Un regalo impresionante!! Para hacerse una idea de la importancia, basta recordar, por ejemplo, las condiciones de grabación existentes en aquellos años. En el año 1961, su primer disco EP lo tuvieron que grabar en un magnetofón de dos pistas, el mejor entonces, una pista para todo el instrumental y la otra para el cantante solista, y… sin posibilidad de realizar “tomas falsas”. ¡¡Había que hacerlo todo de un tirón!! Al contrario que ahora. Así lo hicieron con su primera canción, “Jinetes en el cielo”, un estupendo tema instrumental, y el resto de su primer disco. El magnetofón de 4 pistas solo lo pudieron utilizar a partir de “La bamba” en el año 1963.

Los Pekenikes, aunque mantuvieron su formación base durante su etapa en Hispavox, pronto empezaron a sufrir cambios, muy habituales por otra parte a lo largo de su trayectoria. El continuo ir y venir de sus componentes siempre fue una constante. Grandes figuras de la música pop española como Tony Luz, Antonio Morales “Junior”, Juan Pardo, Pepe Barranco, etc. fueron algunos de ellos. Precisamente “Los cuatro muleros” fue la última grabación que realizó Juan Pardo antes de pasar a Los Brincos , siendo su puesto ocupado por Pepe Barranco, quien les acompañó en uno de los acontecimientos musicales más esperados de entonces: el primer concierto de The Beatles en Madrid el 2 de julio de 1965 en la plaza de toros de Las Ventas. Su único recital en España, junto al de Barcelona al día siguiente. Un espectáculo presentado por Torrebruno, cantante y luego conocido conductor de programas infantiles, dividido en dos partes; una primera en la que actuaron los llamados “teloneros” con Los Pekenikes al frente, y una segunda protagonizada exclusivamente por los “chicos de Liverpool”.

Los Pekenikes 06. Las Ventas 1965- Concierto de The BeatlesLos Pekenikes en la plaza de toros de Las Ventas en 1965 durante su actuación como «teloneros» en el concierto de The Beatles.

Tras diversas vicisitudes Los Pekenikes siguieron grabando discos EP con algún que otro éxito, hasta que en 1966 se encuentran otra vez sin vocalista por la marcha de Eddy Guzmán (segunda ocasión). Coincidió con un momento en el que la firma Hispavox acababa de realizar una gran inversión para fabricar sus propios discos y lanzar el primer formato single, nuevo en España, con dos canciones (una por cada cara), que estaba triunfando en todo el mundo. Sin cantante, y con la presión de la discográfica encima, deciden entonces grabar dos temas totalmente instrumentales que aún tenían en embrión: “Hilo de Seda” y “Sombras y Rejas” (un arreglo de “Asturias» de Isaac Albéniz). Fue un rotundo éxito, no solo nacional, sino también fuera de España. “Hilo de Seda” alcanzó el Nº 1 en Holanda, Portugal y Méjico, y estuvo en el top ten en Italia, Francia y Alemania. Hasta de EEUU se interesaron por el “nuevo” sonido, pero exigieron lanzarlo en formato LP. Con un mercado tan potente como el americano a la vista, se pusieron manos a la obra y a finales de 1966 apareció su primer álbum de larga duración, y a continuación, en 1967, un segundo en la misma línea, aunque éste con una clara influencia del soul. La mayoría de sus canciones eran propias o adaptadas de clásicas españolas con temas tan conocidos como “Frente a Palacio”, “Arena Caliente”, “Trapos Viejos”, “Robin Hood”, “Embustero y Bailarín”, etc., algunos sintonías de cabecera de programas de radio y TVE más tarde. Se puede decir que la marcha de Eddy Guzmán les hizo un gran favor, porque lo normal era que hubieran seguido grabando temas cantados con algún que otro instrumental intercalado.

Pero pronto se produce un importante impasse en la carrera musical de Los Pekenikes. Les sucedió a casi todos los conjuntos, muy jóvenes, de la época: ¡¡la incorporación obligatoria al servicio militar que a veces terminaba con la propia disolución del grupo!! Sin embargo, lo lograron remontar con un nuevo LP, ¡¡Alarma!!, que llegó al número 5 de las listas, en el que después de bastante tiempo incorporan dos temas cantados, uno de ellos excelente, “Cerca de las estrellas” (1969), en homenaje a la llegada de los primeros astronautas a la Luna y donde incorporan a su música elementos psicodélicos, una corriente de moda entonces. Es poco después cuando se produce su primera e importante escisión, hasta el punto que durante un breve tiempo coexisten dos conjuntos con el mismo nombre de Los Pekenikes creando una gran confusión. En 1970, la firma Hispavox, al ver que los miembros más importantes del grupo lo van abandonando, decide terminar su colaboración. Unos por razones profesionales, como los hermanos Sáinz (Alfonso se marcha a EEUU a ejercer su profesión de médico ginecólogo y Lucas, que se había ido antes, dedicado a su pasión por el automovilismo), y otros para participar en proyectos musicales distintos. Al final, se queda el resto, pero ya nunca fue lo mismo. Aunque siguen editando discos, con su edad rondando la treintena y teniendo que compaginar sus actuaciones con otras actividades profesionales, su carrera musical termina por pasar a un segundo plano. Sin llegar a diluirse, pues se reúnen de forma esporádica para alguna grabación, su etapa como uno de los conjuntos más importantes de la música de los 60 se va cerrando poco a poco.

Los Pekenikes 01. Marzo 1967Los Pekenikes en marzo de 1967. En el bombo de la batería se puede apreciar su nombre ya acortado, «Pekenikes», que obligó al cambio del original «Los Pequeniques», porque apenas se veía cara al público.

La música de Los Pekenikes era un pop distinto al convencional. Además de las guitarras eléctricas, comunes a casi todos los conjuntos, sonaban también instrumentos como el saxo, la flauta o el trombón. Se apoyaban poco en sus voces. Sin un cantante específico, y tras la presión de su firma Hispavox para grabar el primer disco single fabricado en España, se concentraron en seguir el camino marcado por su primer gran éxito «Los cuatro muleros». Con un marcado aire español y un sonido que impresiona por su claridad, su calidad interpretativa y sus originales arreglos instrumentales hacen de Los Pekenikes uno de los conjuntos más importantes del panorama pop español de los años 60.


Actuación de Los Pekenikes en la Semana Grande de las fiestas de Bilbao año 2010.

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